Creo que debo ser chozna de un gran navegante que conocía como la palma de la mano las aguas en las que se internaba. Marino sabio que con sólo mirar las estrellas se orientaba en las noches sin luna. Navegar es mi pasión, es mi vicio, constantemente me invade una tentación enorme de dejar de hacer mis deberes y lanzarme a la mar. En las noches de tormenta el gusto por la navegación supera mis instintos y paso horas enteras en ello, sin jamás naufragar.
Podría decirse que mi velero tiene una plaga única a la que consiento y quiero, un ratón, se deja manejar por mi mano dócilmente y me lleva a lugares jamás pensados, este animal cómplice es mi guía. Manejo intuitivamente los códigos y las siglas propias del oficio; pero ayer me dieron un cañonazo y la proa de mi barco se debilitó, los instrumentos fallaron, estoy encallada, mi conexión a Internet dejó de funcionar.
Ha pasado el tiempo y ya no esto y en la EME... buscaré un nuevo nombre para este blog, pero mientras lo encuentro me buscaré a mi misma, ahora no estoy en la EME, estoy medio perdida, mientras me encuentro escribo. ( Descripción del 2010) Donde la Sierra Madre pierde su casto nombre, recibe el nombre de EME y aqui rodeada de montañas y al borde de la aridez del desierto, vivo yo, como yo, pienso yo... soy yo...
lunes, 7 de mayo de 2007
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